“A
ti,
que llenaste mi vida de luz.
A ti,
por hacerme sonreír todos los
días,
A ti,
por escucharme cuando me sentía
sola.
A ti,
por decirme que no llorara más.
A ti,
por enseñarme que es la
compasión.
A ti, abuelo Pepe,
que nunca me llamaste por mi
nombre,
pero sabías que estaba allí.”
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