“En esa madrugada
oscura y fría,
se escondía la mano sigilosa
que te disparó y te apagó la vida.
Te cercenó los sueños,
las sonrisas y
dejo sin brillo tus ojos.
Esa mano maldita
nos dejo el dolor de
tu ausencia.
Una ausencia que duele
Y quema el alma.
Una ausencia que lloramos
y nos hace preguntarnos
¿Por qué tú?”.
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