“Salimos
en medio
de
esa diáspora desesperada
por
huir
de
un desastre que no es nuestro.
Se
nos quedaron sueños a medias,
abrazos
que no dimos,
besos
en el aire,
risas
que no se escuchan.
Se
hizo un silencio.
Todo
quedó suspendido
en
un grito ahogado,
en
lagrimas de tristeza,
en
abrazos de despedida.
Se
hizo un silencio
Mientras
caminábamos
por
esa franja de colores,
y
a nuestras espaldas
el
llanto de nuestros afectos.
Se
hizo un silencio.
Y el
corazón se quedó allí,
abrazado
a ellos.
Se
hizo un silencio.
Y partimos,
con
la esperanza
de
volver”.
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